lunes, 15 de abril de 2013

2 de abril...

hoy un mes... La primera semana he de confesar la pasé muy mal, la primera semana sin ti la cuento a partir de que enojada de tanto buscarte, tratar de hacerte reír y sumida en una conversación unívoca que se repitió varias veces durante este tiempo, me fui y no obtuve respuesta. Entonces supe claramente que me habías dejado, tomaré el 22 de marzo como la fecha para recordar cuando saliste de mi vida sin siquiera despedirte porque en realidad no sé cuándo fue después de nuestra última conversación el 2 de marzo ¿qué pasó si estábamos bien? Eso sólo tú lo sabes. Tengo varias conjeturas al respecto… que te enojaste por alguna foto que subí reprendiéndote por la falta de apego hacia mí o porque me encabroné al leer que extrañabas a Brenda y no a mí, ¿no se supondría que ahora queriéndome y no estando cerca, tus palabras nostálgicas deberían estar dirigidas a mí? Es claro que no puedo decidir sobre los sentimientos de nadie, eres libre de extrañar a quien tú quieras, lo doloroso aquí es que teniéndome marginada como me tuviste pues lo sentí como una franca agresión y no como una expresión humana y comprensible, ¿soy muy laxa en eso sabes? Aunque reconozco mi enorme capacidad de celar, desde mí sé que es imposible desterrar los recuerdos y en ocasiones los sentimientos por las personas que han atravesado nuestras vidas, sobre todo las significativas y eso no quiere decir que la persona que comparte tu vida en ese momento haya perdido su lugar en el corazón. ¿Pero cómo ibas a saber eso si me conoces muy poco? Eso pienso, pensé en ese momento en que mi corazón y mi orgullo heridos se me desparramaron por los dedos. Esa es otra teoría acerca de tu desaparición, lo bueno de vivirla en esta época es que ningún pensamiento fatalista pudo atravesar mi mente, porque sabía de ti que estabas bien y sonriente, viviendo tu vida, no extrañándome, no queriéndome, no necesitándome, no aplicó entonces el consabido y llevado “no news, good news”, desde que hiciste que nos topáramos en el camino, me ocupaste ese es el término correcto y cuando dejé de servirte te fuiste. Pensándolo bien y con la serotonina ya en niveles medios y en control, sí te odio, te odio porque por tu falta de huevos, por tu ego pendejo o sólo tú sabes por qué no me dejaste ir cuando yo ya no le ví ni pies, ni cabeza a esto que empezaste tú, supongo que porque no te gusta perder, se te nota a leguas en el cuerpo, de lo único que me siento satisfecha es que me puse a favor de nosotros, no sólo de mí, cedí pensando en el futuro común, seguí confiando en ti aún cuando el material para asirme era muy pobre y estaba madreado. La esperanza muere al último dicen todos. Hoy 31 de marzo hace un año justo, me contactaste para compartirme alegría: Es el cumpleaños de mi bebé –me dijiste- y platicamos, fue cuando me sentí un poco parte importante de tu vida, estabas tan feliz que quisiste compartirlo conmigo, ahora tendré que anotar en la agenda de las cosas que quisiera olvidar y que recordaré hasta que me muera porque así soy, 3 cumpleaños que tienen que ver contigo, uno de ellos que me causó uno de los dolores más agudos de mi existencia. Maldita y bendita memoria. Mi deseo de que estés bien es verdadero, espero que encuentres lo que estás buscando para completar el círculo de tu vida felizmente, me deseo lo mismo.

conteo II

Día 27 sin ti, comienzo a escribir a las 4:33 am el cerebro me despierta para que le dé más vueltas al asunto, traidor maldito me dan ganas de redimirlo en quesadillas y cometer antropofagia, has cambiado tu fotografía en el whatsapp, sé que alguien más te dice que te ves bien, sigo acudiendo a nuestra conversación esa que se convirtió en un soliloquio dándome cuenta tarde de esto -ya va para un mes- quiero ver si te veo conectado, la verdad es que no sé por qué lo hago pero no me voy a martirizar con eso otra vez, llegará el momento en que no lo haré más, hablas con desprecio de las gordas en tuiter, no puedo más que ver mi reflejo talla 15 en el espejo y esforzarme para no sentirme agraviada por la misma boca que me dijo muchas veces bonita, no lo logro. No sé qué hice para que te despegaras de mí tan fácil, supongo que te fastidiaste de tu propia farsa, o al final descubriste que una fantasía no se puede elongar tanto. Claro que sufro esta despedida tácita (abandono sería el término correcto que me remite a un perro perdido a propósito a lado de la carretera, eso soy en este momento un perro que no sabe estar sin su dueño) no te necesito contar sobre el síndrome de abstinencia, duele pero no sabes en dónde, sabes cuál es la cura pero ya no está a tu alcance, y me rebasan el enojo, la indignación y la perplejidad, pienso que merecía más, ese más es extenso, por principio creí que volveríamos a estar juntos y platicar, verme en tus ojos -ya te estoy llorando otra vez- reírnos, ejercitar la complicidad, pensaba y recreaba en mi mente el momento en que nos encontráramos otra vez como si fuera la primera vez (oh esa primera vez que te ví) pero ya habiéndonos conocido, cedí, esperé, ofrecí, sacrifiqué, invertí tanto tiempo y esperaba una justa recompensa ¡qué tonta! ¿O qué ingenua? eso de dar sin esperar nada a cambio no es una virtud que posea y hace rato aprendí que no está mal hacerlo. El sentimiento persiste aunque espero en algún momento cercano poder guardar todo en tu expediente y que alguna vez que recurra a él por azar, necesidad o gusto depravado, sonreír al acordarme de ti y que el dolor haya desaparecido, la voluntad humana es a veces insondable, me propuse amarte a pesar de todos los huecos que me dejaba hacerlo y lo conseguí, he dicho muchas veces que el amor espontáneo no funciona, para mí el amor es una disciplina, despojarlo del halo mágico del que inevitablemente lo envolvemos es un acto consciente y responsable, adulto y comprometido, es también apostarle al éxito, si te haces el propósito de que algo funcione y te ajustas a un plan con dedicación generalmente logras tu cometido, no hablo de enamorarte, hablo de enamorarme y mantenerme así a pesar de ti. ¿Crees que no eres cruel? Tal vez no lo eras, aunque más bien pienso que niegas esa parte de ti, ¿A quién le gustaría afirmar la crueldad en sí mismo? O a lo mejor debutaste conmigo, otra cosa que haces bien, no es algo que se deba presumir pero ahí está. Llorarte es un homenaje, a lo que sentimos, vivimos y reímos. Tampoco puede ser eterno, es tu momento de los últimos conmigo.

martes, 2 de abril de 2013

conteo...

Día 26 Otra vez me desperté, tengo que escribir porque no puedo dormir, pensar en ti se volvió una agradable obligación, ahora elaboro respuestas pertinentes, hirientes y contundentes si es que me buscas, si tuviste los huevos de abandonarme después de tanto tiempo sin decirme adiós, pienso que ya los tendras para nunca más hablarme, está bien. Tomaste la decisión cuando viste que podías estar sin mí, supongo que antes no podías, ahora ya valí madre, nunca fui tu mujer, tu mujer duerme contigo, le das de comer, te arregla la ropa, es tu familia y por eso vive contigo, admitiste que yo no tenía lugar en el proyecto de tu vida y no te hice caso desafortunadamente, me dominó el corazón, y tus mentiras... me dijiste que sí me querías pero que eras más miedoso que nadie y un idiota, qué mal que me veas como algo sin valor que ni merecí que te despidieras de mí, supongo que encontraste a alguien más, ni siquiera pensaste en nada más, ahora cómo no voy a pensar que te burlabas, yo creí en todo lo que me dijiste, supongo que es mi hambre de amor, ¿Que estuve con otros hombres? Sí, cuando supe que eso de excitaba, nunca hice algo a tus espaldas y no me hace una puta como te encanta decirme, lo hice por soledad, porque noté que hablabas más conmigo cuando te contaba de eso, saber de ti me hacía feliz y por eso aunque no me gustara cogía con alguien más, tal vez no me creas pero yo sé eso y a estas alturas tu opinión va dejando de ser importante para mí, de verdad espero que me pase, todo este tiempo es lo que más me duele, porque estoy al filo de mi fertilidad, por que en esa circunstancia un año es precioso, ¿Cómo no te importó eso? yo decidí quedarme cuando supe la verdad, pero pensaba en la gratificación de una relación estable en los parámetros que fueran y en que tú tenías satisfecha tu paternidad y en que en esta relación no podía haber testigos biológicos de por medio porque luego ¿Cómo les explicas eso a los hijos? ¿Cómo no dañar a los que ya están y no madrear a los que no crecerían en el seno de una pareja constuida como debe ser? Supongo que por la misma razón que no te importa nada más quien no seas tú como me dijiste. Me duele tanto el silencio y ver que no te importó nada, que no te duelo, eso duele, eso caga.