sábado, 15 de septiembre de 2012

Amigas.

Te dedico devotamente todas las horas que no duermo, cada vista al reloj, cada que ya pasó una hora y otra. He podido clasificar el territorio de la luna, noches que se van en un parpadeo, noches que enmudecen, noches cerradas, noches que no se quieren acabar, noches sin ti, tiempo que se consume de manera tan lenta que me lastima la garganta como tragos de algo ardiente. Antes la noche no estaba en mi plan tan sólo la dormía, ahora la vivo, pasa junto a mí, ya es mi amiga. A veces se me olvida respirar, lo noto cuando me es imposible seguir sin reclamar un suspiro, de esos que duelen entre la garganta y el corazón.
¿Dormir? Hace mucho que dejó de estar incluido en mi rutina, ahora escribo, veo cómo cadenas de palabras se van formando, tomando su lugar en la pantalla y que tan sólo pueden describir una insignificante parte y de mala manera, cuánto te extraño.

No hay comentarios:

Publicar un comentario