domingo, 19 de septiembre de 2010

19 de septiembre...otra vez...

Eran como 7:15 cuando salimos de la casa a refunfuños todavía de la mano de mi mamá, yo recién me estrenaba en la secundaria, rumbo al colegio atravesábamos la calle de Nueva York en la Nápoles, cuando me sentí mareada, alcé la vista hacia insurgentes y vi que las calles se ondulaban, los cables chasqueaban y el perrito de mi vecina Ericka dejó de ladrar cuando le cayeron encima los vidrios del gran ventanal...

Estábamos muy acostumbradas a los temblores y nunca habíamos tenido miedo, sabíamos qué hacer a pesar de nuestra edad (12 y 10 años), llegando a la escuela justo en la esquina de la casa de Tania y Karina sobre Kansas, una señora casi nos arrolla con su camioneta, venía desencajada y llorando que se había caído el Hospital General,la afluencia de autos y niñas a la hora de la entrada no era la habitual, pero mi mamá nos dejó en la escuela.

El salón lucía vacío, seríamos unas 14 o 15 niñas en vez de las 37 que deberíamos ser...Y fuimos menos porque hubo muchos padres que regresaron por sus crías en el transcurso de la mañana...Nadie sabía la magnitud de lo que había sucedido...

Después...permanencen indelebles en mi memoria las crónicas de Zabludowsky transmitiendo desde su telefono en el coche, se había caído Televisa, los hoteles del Centro, el Hospital Juárez...había edificios que no ubicaba porque mi universo era reducido en ese tiempo...

Suspendieron las clases para realizar el peritaje...

Mi tía, mi prima y su gata, se fueron a nuestro departamento( con dos gatas y 1 perico) porque el suyo presentaba cuarteaduras, habían llegado ese día mis tías de La Paz con otra prima de la edad de mi hermana, la portera del edificio que era muy anciana, Doña Minga, también se quedó con nosotros...

Mi papá se había ido justo un año antes, él también regresó...teníamos casa llena y luz, pero no comida ni agua, así que las señoras hicieron una brigada y se fueron a la Comer a comprar despensa, como no cabíamos todos ahí, una vecina se ofreció a darnos posada a mi hermana y a mí en el 1er piso,para pasar la noche (nosotros vivíamos en el tercero).

La réplica del viernes por la noche fue tremenda, recuerdo que estaba con mi prima Lorena escuchando a Luis Miguel,solas, porque todos los adultos se habían ido de compras para la contingencia...mi prima menor que yo, bajó las escaleras mientras gritaba de terror, gritábamos las dos... porque yo le decía que no bajara porque las escaleras es lo primero que se cae en un temblor...no me hizo caso...estábamos solas en una época sin internet ni celulares...bendita tecnología...

Ya sin visitantes que regresaron despavoridos a su casa en provincia y no han vuelto desde entonces al DF, sin clases, ya sin luz, sin agua y teléfono, nos reuníamos en el Tejido de Alicia en la calle de Pensylvania, ahí llegó por casualidad mi amiga Coppelia para invitarme al Centro de Voluntariado que se abrió en la calle de Carolina, fuimos mi hermana y yo, y por increíble que parezca nos aceptaron.

Coppelia y yo contábamos tapabocas y latas de conserva que se les daban a las brigadas de rescatistas de todo el mundo que tenían su centro de operaciones ahí, aprendimos a saludar, contar y pedir reportes en ruso, alemán, italiano...

Mi hermana, así chiquita y flaquita enclencosa como era, tenía el poder ahí, era la persona más importante, en qué radicaba esa posición? pues era la encargada del agua, sí así es, una niña, era la persona encargada de inventariar, contar y llevar el registro de suministro de agua que se entregaba a los brigadistas para repartirla entre los danmificados, tan chiquita y tan cabrona desde siempre, todos la respetaban...

Mi mamá se dedicó a cortar y coser cubrebocas por cientos, y de llevarlos al Centro de Acopio, todos participaron, todos los bien nacidos, porque no faltó el cabrón que nos quisiera vender una videocassetera Beta bien barata...fruto de el asalto a las casas derrumbadas o bien una casa de campaña bien nice, suiza, que habían sido donadas para los danmificados...y que misteriosamente fueron a parar al tianguis del entonces Hotel de México...

Nuestas jornadas empezaban a las 8:00 a.m. y culminaban a las 23:00 o 00:00 hrs,
fueron 15 días o 3 semanas no recuerdo bien, porque al iniciar las clases, tuvimos que regresar a la escuela; recuerdo que algunas calles de la Narvarte y la Roma olieron a muerto muchos meses..

¡Había bebés vivos!en la zona de maternidad del Hospital Juárez, sobrevivieron durante días un puñado de bebés...eso era categóricamente un milagro...pero la tristeza perdura en la colectividad, si tienes más de 30 y vivías en el DF, el temblor de alguna manera te marcó...

Cada que voy a Parque Delta siento un vuelco en el corazón, porque durante mucho tiempo el Parque del Seguro Social que ocupó ese terreno, fue el anfiteatro más grande de México...la gente iba ahí a reconocer los cadáveres de sus familiares...

Y hoy no hemos aprendido nada, un simulacro mal hecho por año para batir records mundiales, de qué puede servir eso ante una tragedia latente?

Se tiene que hacer el hábito en las personas, debería de ser un simulacro cada mes, pero en serio, porque la gente se molesta o lo toma en tono de broma...y decirles la verdad... que si están en un 3er piso o más, no van a poder salir...

En el temblor del 85 tú dónde estabas?

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