miércoles, 17 de noviembre de 2010

Yomera

No quiero que piensen que no soy agradecida, la verdad es que no ser agradecido es de las cosas que más critico en los demás...y viene al caso porque debido a mi nuevo tropezón sexual, mi amigas cercanas y las no tanto, se han volcado a decirme que yo tengo la culpa de que estas cosas sucedan por cómo me comporto y lo que publico aquí, en el messenger y el twitter.



Agradezco su preocupación por mí, pero conquistar estos 5 centímetros de libertad me costó muchas lágrimas, rechazo y autocensura.



Crecí en una familia tradicional con ciertas chispas de underground, pero en general, crecí en una familia promedio mexicana, de provincia recién llegada al DF, en cuanto a mi entorno familiar, tuve un papá presente hasta el inicio de mi etapa púber y una madre que hasta la fecha dice que no me educó todo lo bien que ella hubiera deseado.



Nunca jugué sola fuera de casa, aprendí a cruzar la calle ya muy entraditos los 10 años, mi mamá me bañó hasta los 7 u 8, no comía papitas y esas cosas, y comí un gansito por ahí de los 12 años...porque mi mamá no quería que fuera gorda (pobre mamá) la verdad es que fui muy cuidada en ciertos aspectos y no tanto en otros.



Entré al kínder muy pequeñita, cuando hube terminado, estuve en mi casa 2 años viendo la tele esperando alcanzar la cercanía a una edad que a la nueva escuela le pareciera pertinente para poder entrar a prepri.



Y pasé del abierto y feliz sistema Montessori a un sistema religioso...GRAN CAMBIO...empecé a saber de pecados, de castigos, de arrepentimientos y culpas...a los 6 años!!



Debo decir que amé y amo mi Colegio como la que más...pero también debo admitir que tenía sus bemoles sociales, sufrí de discriminación como muchas por no ser rubia, o por ser más inteligente que la maestra...y eso lo sufrí yo y algunas más por ahí...



Mi mamá me habló como pudo de los cambios en mi cuerpo, y pudo más o menos, la verdad es que ya me le había adelantado unos años y ya sabía todo por mi gran amor a los libros...muchas recurrían a mí para preguntarme cosas...lo normal entre niños, en este caso entre niñas...



Volví a ser cesurada cuando se me ocurrió la peregrina idea de declararle abiertamente mi amor al hermano de una compañera a los 16, fui la comidilla de un sector del Colegio, pero no me importó, era real mi sentimiento y como tal lo defendí hasta que se me pasó...sobreviviendo a las miradas recriminantes de todas y de todos, hasta la fecha hay gente que no me acepta en facebook (ay qué pena!) por ese episodio ...



Cuando comencé mi vida sexual, fue desastroso un tipo que se chorreaba y que no admitía que tenía un problema y que me acusaba de tener "más información" de la debida para mis virginales 20.



Y duré hasta los 24 sin saber cómo se sentía un orgasmo, pues porque nomás el tipo no me duraba ni lo que tarda una sopa maruchan en estar lista...



Después la cosa mejoró cuando me hizo el favor de casarse con otra y dejarme por la paz. De ahí para el real, en ese aspecto me puedo jactar de tener una vida sexual plena.



Me costó superar la educación represiva que tuve durante tantos años, superar los convencionalismos sociales, superar la parte retrógrada de mi propia conciencia, superar la culpa que genera un cocktail de todo esto, hasta que llegué a ser quien soy.



Y como todo lo que te cuesta trabajo se valoras más, no voy a renunciar como les he repetido a ser la que ahora soy, para que un hombre no se sienta incómodo conmigo, ni para que no se vaya; y tengo claro que el que use lo que digo o lo que soy en mi contra no es el hombre que quiero a mi lado.



No soy como las demás, sólo soy yo...la verdad es que no me cambiaría por nadie, en mi vida pasan cosas extraordinarias cada día...sólo soy yo y me gusta serlo...

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